domingo, noviembre 18, 2007

Aquel 18 de Noviembre

Mis primeros recuerdos de la infancia datan de cuando yo tenía entre tres y cuatro años. En esos recuerdos hay una figura destacable que impregna los mismos: mi abuela materna. Recordar a mi abuela es recordar largas tardes en la cocina de la casa de mis padres al calor del hogar, asando castañas y oyendo la radio. O los paseos hasta el Puente, a una vaquería, donde mi abuela tenía una amiga y mis hermanos y yo jugábamos con los perros. O los helados que nos compraba mi abuela en un puestecillo en las proximidades de la Junta Municipal de Vallecas. Yo era el menor de cuatro hermanos y todavía no iba al colegio. Por las tardes, mi abuela y yo, tras un paseo, íbamos a buscar a mis hermanos.
Aquel 18 de Noviembre yo tenía fiebre. Según mi madre, tenía anginas y no podía ir con mi abuela. Cogí una rabieta extraordinaria porque yo quería ir con mi abuela a buscar a mis hermanos; pero mi madre no me dejó. Mi abuela me dio un beso y se fue. A la hora en que tenía que regresar, sólo se presentaron mis hermanos: la abuela no había ido a buscarlos. Mi madre se puso muy nerviosa; llamó a mi padre por teléfono, lloró, se desquició. Tardó horas en enterarse que mi abuela había sido atropellada por un camión circulando en dirección contraria mientras cruzaba por el paso de peatones. Murió prácticamente en el acto y dejándome el recuerdo de aquel último beso.
Me he preguntado muchas veces ¿qué hubiera pasado si yo no hubiera estado enfermo y hubiese ido ese día con mi abuela? Pero eso no son más que elucubraciones que nunca tendrán respuesta. Lo único cierto es lo que es y las consecuencias de lo que fue, así como las casualidades que se producen en la vida: justamente dos años después, otro 18 de Noviembre, nació mi hermana pequeña.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un recuerdo maravilloso a una abuela que no conocí por culpa de un trágico accidente. Yo soy esa niña que nació un 18 de noviembre a las 17'30, día y hora en la que murió mi abuela.Aunque no tuve la oportunidad de conocerte, se que te siento dentro de mi, y, en tu honor llevo tu nombre muy orgullosa.
Un beso muy fuerte,querida abuela Consuelo, se que me estás viendo.