domingo, junio 15, 2008

Mala gente

Mala gente que camina
y va apestando la tierra...

Antonio Machado. He andado muchos caminos

Ayer se me cruzó en la carretera una culebra. Era un ejemplar de algo menos de un metro que se encontraba cruzando la calzada. No pude identificar que tipo de culebra era; bastante que pude frenar y dar un volantazo hacia la izquierda para esquivarla. El coche que iba detrás de mí, a una cierta distancia, observó mi maniobra y tuvo tiempo de comprender por qué la había hecho. La culebra estaba alcanzando el arcén de la carretera cuando, por el retrovisor, pude observar que el conductor que iba detrás de mí, hacía justo lo contrario a lo que yo había hecho: se desplazó hacia la derecha para, evidentemente a propósito, atropellar a la culebra.
Me sentí muy mal. Entiendo que a la mayoría de la gente no le gusten los ofidios, comprendo que haya gente que sienta auténtica repulsa por ellos, pero de ahí a un acto de gratuito sadismo como el que he descrito, hay un auténtico abismo. Destruir por destruir, matar por matar, son cualidades que dicen bien poco de nuestra especie, esa que está consiguiendo destruir el planeta. ¿Tan difícil resulta vivir y dejar vivir?
Ayer no pude por menos de acordarme de cierta ocasión en que atropellé una ardilla y lo mal que me sentí por ello. Fue hace unos años, en invierno, estaba nevando y llevaba a mis hijas al colegio. Mi pueblo está en la ladera de una montaña y todo son cuestas. Una ardilla se abalanzó hacia el coche en un rápido intento de cruzar la carretera. No pude hacer absolutamente nada; la carretera estaba cubierta de una fina capa de hielo y nieve. Frenar o dar un volantazo hubiera significado perder el control del coche. Las ruedas del coche pasaron por encima de su frágil cuerpo. Durante mucho tiempo, me acordé de la pobre ardilla, repasando una y otra vez la película de lo sucedido en mi mente, intentando buscar cómo podría haber evitado el atropello.
La carretera se cobra muchas vidas, las más importantes las humanas, no cabe duda. Pero a lo largo del año, gatos, perros, erizos, ardillas, lagartos, culebras, pájaros, artrópodos... son víctimas de atropellos que, en no pocos casos, como el sucedido ayer, podrían haber sido evitables.



Esta foto corresponde a otra culebra atropellada distinta de la de ayer. La magnitud de los destrozos ocasionados impide una adecuada identificación.

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