lunes, agosto 13, 2012

El día después

Hoy ha resultado un día raro. Nos hemos levantado y el calendario de los JJOO de Londres 2012 no reflejaba ninguna competición.



Ni siquiera Google aludía con sus doodles a dichos juegos. La razón: terminaron ayer. Durante dos semanas hemos olvidado nuestras penas (que son bastantes) para emocionarnos y vibrar con nuestros deportistas; unas veces con éxito y otras (las más) no. Pero el espíritu olímpico lo que pretende es competir, se gane o se pierda. Claro que nos sentiríamos más satisfechos de haber ganado, por ejemplo, 27 medallas, pero no es eso lo más importante. Hemos vivido momentos inolvidables, de los nuestros y de los no nuestros, como cada cuatro años. Esa es la magia de los JJOO, aparcar los desastres de la Naturaleza y los provocados por el hombre, aparcar nuestras penas y nuestras miserias para, durante dos semanas, vivir ese espíritu olímpico, ese mismo que, en la Antigua Grecia, ofrecía una tregua durante las contínuas guerras para que los mejores de cada ciudad-estado representaran a sus polis en unos juegos en honor de Zeus, el padre de todos los dioses.
Tendremos que esperar a Río 2016 para revivir esos grandes momentos deportivos que nos deparan unos JJOO.


¡Ánimo, solo faltan 1453 días!

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