domingo, septiembre 22, 2013

Quattro Fontane

Seguimos en Roma aunque no de vacaciones. ¡Lástima!
Uno de los aspectos más llamativos de la ciudad eterna son sus numerosas y famosas fuentes, desde la impresionante fontana de Trevi, a la fontana del Tritone o la fontana delle Api' (Fuente de las abejas), ambas de Bernini.
Durante el papado de Sixto V, en la intersección de la Via Pia (hoy Via XX Settembre ) y la Via Felice (hoy Via Quattro Fontane) se dotaron unas esquinas en chaflán, para lograr un más amplio panorama, y en cada una de esas esquinas se construyó una fuente.



La idea y la ejecución de estas fuentes son de Muzio Mattei, el mismo personaje que logró construir, según cuenta la leyenda, delante de su palacio, la fuente de las Tortugas. De hecho, Mattei sólo había logrado construir tres de las cuatro fuentes. La cuarta se lo debemos a un tal Giacomo Gridenzoni.


Es una estatua de aspecto tranquilo y con sueño que representa la lealtad, aunque muchos la identifican con la diosa Diana.
Las tres fuentes hechas por Mattei se construyeron en 1588 y representan al río Arno, de pelo rizado, sobre un fondo de cañas similares a plantas de papiro, de ahí que para muchos se trate en realidad del Nilo; y un león, emblema de Florencia.


El Tíber, ubicado frente a la fuente anterior, en la esquina de la iglesia de S. Carlos de las Cuatro Fuentes, también está representado con pelo grueso y canoso junto a una densa vegetación.


Por último, Juno, recostada sobre un dócil león por cuya boca fluye el agua. El fondo, similar al de la estatua del Tíber, es una exuberante y esbelta palmera, mientras que a la izquierda agita sus alas lo que parece ser un cisne.


Lo llamativo de esta plaza, que no llega a ser tal, es que si conseguimos ubicarnos en el centro de la misma, con gran riesgo para nuestra vida dada la forma tan peculiar de conducir de los romanos, se puede ver en tres de sus cuatro lados, tres de los muchos obeliscos que hay también por toda Roma: el de Santa Maria Maggiore


y el de la iglesia de Trinita dei Monti en el lado opuesto


o el del Quirinale en la plaza del mismo nombre por la via del Quirinale.


Y así, de este modo, podemos comenzar un nuevo modelo de entradas en este blog, el de las rutas; por ejemplo: ruta de las fontanas o de los obeliscos en Roma; la ruta del comic en Bruxelas o la ruta de los potros de herrar de la Sierra Norte de Madrid...
No es nuevo, hace ya algún tiempo, en los comienzos de este blog, hicimos una ruta de las icnitas.

domingo, septiembre 15, 2013

Vacaciones en Roma

Mi octavo Viaggio in Italia tenía que terminar allí donde conducen todos los caminos: Roma, la ciudad eterna. Roma es el escenario de una de las películas más entrañables y emblemáticas de nuestro acervo cultural familiar: Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953), protagonizada por Gregory Peck y Audrey Hepburn. Película que, lógicamente, volvimos a ver tras regresar de Roma.
El argumento, de tan simple que es, da para una gran película entre cuyos guionistas figura Dalton Trumbo después de la rectificación que hizo, en diciembre de 1992, la Academia de Hollywood al obligar a cambiar los registros de los títulos de crédito. El Oscar al mejor guión que había ganado la película, fue entregado a título póstumo a la viuda de Trumbo el 10 de mayo de 1993.  Durante una visita a Roma, Ana, la joven princesa de un pequeño país centroeuropeo, trata de eludir el protocolo y las obligaciones que implica, escapándose de palacio para visitar la ciudad de incógnito. Así conoce a Joe, un periodista americano que busca una exclusiva y finge desconocer la identidad de la princesa. La pareja vivirá unas jornadas inolvidables recorriendo la ciudad.




La película hace un repaso de muchos de los lugares más emblemáticos de Roma.



Desde la Basílica de San Pedro en Ciudad del Vaticano hasta el Foro Romano, pasando por la Fontana de Trevi



donde, por cierto, sigue existiendo la farmacia que aparece en la película, no así la barbería.



No puede faltar en la película, ni en nuestras Vacaciones en Roma, la Plaza de España.



Ni el majestuoso Coliseo



tanto por fuera como por dentro.



O el monumento a Vittorio Emanuele II.



Pero algo que no puede faltar y que es una de las escenas más divertidas de la película, improvisada para la ocasión por el propio Gregory Peck, es la escena de la Boca de la Verdad,  en la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin.



Hay muchos más lugares, desde la Plaza de la Rotonda donde se encuentra el Pantheon, hasta el Puente Sant' Angelo y el Castillo del mismo nombre; pero tampoco se trata de ser excesivamente minucioso, aunque existen las pruebas de ello.
Si antes decíamos siempre nos quedará París, a partir de ahora deberemos añadir y Roma.

miércoles, septiembre 11, 2013

Capri, una isla de cine

Situada a 42 km de Nápoles y 19 de Sorrento, la isla de Capri es uno de los lugares con más encanto de la provincia de Campania, en Italia. Con sus poco más de 10 km. cuadrados y un perímetro de 17 km., Capri encierra todo un historial cultural. Fue la isla preferida tanto por el emperador César Augusto como de su hijastro y sucesor Tiberio.


Pero es en la literatura y en el cine donde Capri ha dejado una huella imborrable. Fue en el siglo XIX cuando el pintor y autor August Kopisch describe su estancia en 1826 en la isla y el (re)descubrimiento de la Gruta Azul a través del libro que creó una gran fascinación en Francia, Alemania, e Inglaterra: Entdeckung der Blauen Grotte auf der Insel Capri.


La apertura de la gruta azul se encuentra parcialmente sumergida en el agua, teniendo que acceder al interior en pequeñas barcas a remo. Dependiendo del oleaje y las mareas, hay ocasiones en las que no se puede acceder al interior, como resultó ser el caso el día de nuestra visita.
Lo que sí es obligado es un recorrido en barco circundando todo el perímetro de la isla partiendo de Marina Grande.


Las diferentes Puntas y Escollos, así como las pequeñas Cuevas, la más famosa la Grotta Azzurra (gruta azul) y los Faraglione, amenizan el paisaje por todo el recorrido.




Una vez completada la vuelta a la isla, es obligado visitar las ciudades de Capri y Anacapri escenarios protagonistas de tantas historias de la literatura y el cine.


El médico sueco Axel Munthe (1857–1949), pasó la mayor parte de su vida en Capri y construyó la Villa San Michele, en Anacapri. En 1929 escribió The Story of San Michele, llevada al cine con el título Axel Munthe, Der Arzt von San Michele en 1962 (La historia de San Michele, en español), una coproducción alemano-franco-italiana, dirigida por Giorgio Capitani y Rudolf Jugert. Lo mejor de la villa San Michele son sus espléndidos jardines.


Capri es la isla predilecta del autor catalán Albert Espinosa donde se sitúa gran parte de su última novela Si tú me dices ven, lo dejo todo... pero dime ven, publicada en 2011.
Capri y Anacapri están unidas por una línea de autobús que hace el recorrido por una sinuosa y estrecha carretera en apenas diez minutos. La estación de autobuses de Capri es una preciosidad.


César Antonio Molina, exministro de Cultura, en su artículo publicado en 2011 en El País, calcula en más de noventa el número de películas rodadas en Capri y hace un breve recorrido por algunas de las más famosas, comenzando por Viaggio in Italia, de Roberto Rosellini (1954).


No menciona, sin embargo, una de las películas más famosas, It Started in Naples (Capri, en español) de 1960 dirigida por Melville Shavelson y protagonizada por Clark Gable y una espectacular Sophia Loren que fue nominada a la mejor actriz de comedia en los Globos de Oro de 1961.


De esa película es la canción Tu vuò fà l'americano escrita por Renato Carosone en 1956 y cantada por Sophia Loren en esta versión para la película.

Pero son muchas las cosas que nos hemos dejado por ver en Capri. Es un motivo más por el que habrá que volver a esta región de Italia, la Campania..

jueves, septiembre 05, 2013

1934 años y un día después

El 24 de agosto del año 79 d.C. es la fecha oficial según la cual la erupción del volcán Vesubio provocó la destrucción de Herculano y Pompeya. Debemos a Plinio el Joven la descripción de los hechos convirtiéndole así en el primer vulcanólogo de la historia, si bien hay alguna descripción previa de la erupción del Etna por Diodoro Sículo y hasta de Virgilio en la Eneida.
En cualquier caso, la violenta explosión que sepultó a Pompeya y Herculano debió ser uno de los acontecimientos más impresionantes merecedores de una visita 1934 años y un día después de que ocurriesen.


De todas las maravillas arqueológicas de la antigüedad, griegas o romanas, Pompeya es, a mi juicio, la más espectacular de todas. Si el acueducto de Segovia es único, así como el Colosseo romano, o el santuario de Olimpia o el de Delfos en Grecia, Pompeya lo que representa es una ciudad entera sepultada en un momento dado, que nos ofrece la posibilidad de conocer la existencia de una ciudad romana como tal.


Templos, edificios de administración pública, el Anfiteatro, los teatros grande y chico


las vías de una ciudad perfectamente cuadriculada


las casas de los diferentes moradores, más acaudalados o más modestos


la fullonica de Esteban, la única lavandería en buen estado que queda de las cuatro que había


los numerosos thermopolium, pequeñas tabernas que ofrecían comida y bebida a los visitantes


el lupanar, de dos pisos, con sus pinturas eróticas en las paredes



o los frescos perfectamente conservados en la Villa del Misterio en dirección a Herculano



Siete horas en Pompeya son insuficientes. Claro que nos ha servido para hacernos una idea de lo que era una ciudad romana pero es mucho lo que queda por ver. Además está Herculano. Es indudable que habrá que volver para admirar el foro y al Vesubio que sepultó a la ciudad de Pompeya.


Una serie de enlaces interesantes que he encontrado sobre Pompeya son los siguientes: Pompei, en el que se puede hacer un recorrido a través del mapa de la ciudad o el nombre de los diferentes lugares emblemáticos. Además, se puede seguir el recorrido por medio de esta audioguía en español.

Prossima fermata, Capri, una isla de cine.