domingo, octubre 27, 2013

Potro de herrar

La visita turística de cualquiera de los pueblos rurales de la Sierra Norte de Madrid incluye el característico potro de herrar, la mayoría de ellos restaurados, indicadores de la actividad ganadera de la zona.


En general están compuestos por cuatro o seis postes verticales generalmente de piedra denominados esquistos, sobre los que se soportan las vigas de madera que permiten amarrar de la forma adecuada a los animales para que puedan ser manipulados en la tarea de herrar.


La mayoría de ellos, que quedaron en desuso en los años 70 u 80 del siglo pasado, son estructuras muy sencillas encaminadas a un uso práctico del mismo.
Un recorrido por alguno de los pueblos de Madrid, nos permite apreciar las diferencias y singularidades de estos ornamentos rurales. Hemos empezado por Valdemanco y seguido por Bustarviejo para llegar a Cabanillas


pasando previamente por Navalafuente

para detenernos un rato en Venturada


antes de desviarnos hacia Redueña.


El eje que marca la Carretera Nacional I nos lo pone un poco difícil, teniendo que optar por los pueblos de la derecha o de la izquierda. A la derecha, algunos de los potros que podemos visitar son: el de El Berrueco, uno de los más antiguos de la zona


el medio escondido de Buitrago


Manjirón


o Cervera.


Muy cerca tenemos Robledillo de la Jara


Serrada de la Fuente


 o Prádena del Rincón


camino de Montejo de la Sierra.


Podríamos seguir por esta zona pero hay que mencionar los potros del otro lado de la carretera, pasando por Piñuécar 


y Gandullas.


Cerca de Buitrago, podemos visitar el potro de Villavieja del Lozoya


o un poco más lejos el de Navarredonda.


El potro de Garganta de los Montes


es uno de los más grandes y mejor conservados, lo que motivó a otros pueblos a recuperar sus potros. Muy cerca, el de El Cuadrón


o el de Canencia.


Hay muchos más potros distribuidos por la geografía de la Sierra Norte madrileña, pero los que restan, los dejaremos para próximas rutas o excursiones por la zona. Si como se suele decir, para muestra un botón, en este caso son veintiuno.

sábado, octubre 12, 2013

50 tacos de Carlos

Mi cuñado Carlos cumple hoy los cincuenta, de ahí el título de este post; nada que ver con 50 sombras de Grey. A lo largo de todos estos años que hace que le conozco (he perdido la cuenta), son muchos los momentos vividos y las anécdotas que podría contar.


A lo mejor alguien puede interpretar que este post es mi pequeña venganza porque, siendo él el fotógrafo oficial de mi boda, no existe documento gráfico alguno de aquél evento, como consecuencia de un pequeño despiste: olvidar enganchar el carrete en la máquina cuando aún la fotografía digital no era más que casi un inalcanzable sueño. ¡Nada de eso!
A Carlos le hemos visto de casi todas las formas posibles: sin pelo (foto superior); con pelo...


vestido de persona...


de cualquier manera...


orientando...


desorientado...


comiendo...


bebiendo...


e, incluso, hasta "esnucao".


Pero, estoy convencido que, para muchos que le conocen, desconocen estas dos facetas suyas: la de ser el precursor de Frank de la Jungla



y la de escalador de altas cumbres.


¡Te queremos Carlos! ¡No cambies!

viernes, octubre 04, 2013

¡Hasta siempre, Roma!

No podíamos dejar Roma sin despedirnos de uno de sus emblemas más importantes, y no me refiero a la loba capitolina o luperca que se conserva en el museo del Capitolio romano o  Museos Capitolinos.


De todas las maravillas que pueden encontrarse en Roma, es de obligada mención, quizás por agravio comparativo, el Moisés de Miguel Ángel.


El reconocido desprecio mutuo de ambos genios del Renacimiento, Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, no puede ni debe trasladarse a este blog. El mayor protagonismo dado a Leonardo da Vinci no debe interpretarse como un acto de favoritismo por nuestra parte hacia él a costa del pintor de la espectacular Capilla Sixtina.
Situado en la iglesia menor de San Pietro in Vincoli, el Moisés de Miguel Ángel es tan impresionante como la propia fama que le precede.


No es posible haber estado en Roma y no haber admirado esta colosal estatua.