viernes, enero 30, 2015

Chorizos "pa" aburrir

Hay cosas que, aunque no terminen de aceptarse, puedan entenderse; pero otras muchas no. Una de ellas es la de algunas compañías de telefonía móvil. He sido cliente de Movistar (me niego a ponerles un enlace) desde que tuve mi primer teléfono hace ya bastantes años de eso. Con motivo de comprobar que no uso el móvil como para pagar lo que pago puntualmente cada mes, he decidido cambiar de proveedor a través de una compañía que me ofrece un servicio más acorde al uso que doy del teléfono; y ahí surge el problema: la portabilidad. Desde el mismo memento que mi antigua compañía, Movistar, tiene noticia de la misma, empieza el bombardeo de mensajes y llamadas. Hasta ahí normal. Pero el último mensaje me ha encendido y cabreado hasta el punto de plantearme tomar medidas al respecto. ¡Las que haga falta!
Lo que resulta indignante es este tipo de amenazas:


En especial cuando mi compromiso de permanencia es hasta el 1/2/2015, con una penalización, en caso de hacerlo antes de esa fecha, de 30€.



¡Manda güevos! Debe tratarse de una práctica habitual de ciertas compañías pero, en este caso, le han ido a tocar los cojones al menos indicado.
He tratado de ponerme en contacto con Movistar (sigo negándome a poner el enlace) y, ante mi pregunta de si la conversación iba a ser grabada, que es lo que yo quería, me han dado toda clase de evasivas, por lo que he cortado inmediatamente la comunicación. A continuación me han llamado para hacerme una entrevista de satisfacción: ¡hay que ser jodidamente torpes! Como se trataba de una máquina, no estaba seguro que entendiese lo del signo menos. Me he tenido que conformar con un puto cero.


domingo, enero 25, 2015

Todos mis Astérix

Los entrañables galos de las aventuras de Astérix y Obélix han sido protagonistas de varias entradas en este blog. De pequeño, por un módico precio cambiábamos el tebeo que teníamos por otro que no habíamos leído aún en el kiosko de la esquina. Por esa razón no pude nunca coleccionarlos. Tuve que esperar muchos años para hacerme con la colección completa de Astérix y volver a disfrutar de su lectura. Hace unos años, decidí regalarle a mi hermano mayor, el catedrático, con motivo de su cumpleaños, un astérix en latín. Por problemas de envío, el ejemplar me llegó mucho tiempo después y, al final, decidí quedármelo yo. Así empezó mi colección de las aventuras de Astérix en las diferentes lenguas a las que ha sido traducido: 114 por el momento. Para poder llevar a cabo la tarea de hacerse con un ejemplar publicado en una lengua diferente, es imprescindible la página Asterix alrededor del mundo.
Desde el principio quedó claro que había que poner algunas limitaciones a la colección, se trataba de conseguir un ejemplar en cada idioma al que hubiera sido traducido y, en la medida de lo posible, que todos los números de la colección participaran de la misma. En la actualidad, mi colección asciende a 62 idiomas (incluyendo el español) y 21 Mundart, las lenguas vernáculas alemanas. En total, 83 idiomas. Sé que es prácticamente imposible conseguir ejemplares en determinadas lenguas, por ejemplo en japonés, donde Astérix tuvo muy poco éxito y solo se tradujeron tres números allá por 1974.


Podría pensarse que conseguir los Astérix en las diferentes lenguas que se hablan en España iba a ser tarea fácil. En catalán, valenciano, vasco o gallego, de hecho no lo fue; pero en bable hemos tenido que esperar a que el año pasado se editara el número 35 de la colección, Astérix y los Pictos. Completan la foto Astérix el Galo en español y Astérix legionario en español para sudamérica. Algunos matices del español obligaron a que la Editorial Abril (Argentina), hiciera una versión un poco diferente en los años 70.


Conseguir ejemplares de las diferentes lenguas griesgas no resultó muy complicado y lo hemos narrado en este blog.


Como tampoco lo fue de las diferentes lenguas y dialectos finlandeses que conseguí de una tacada gracias a la página Antikvaari.fi: finlandés, karelian, stadi, savo y rauma.


Poco a poco, me fui haciendo con un ejemplar de cada una de las principales lenguas europeas: alemán, francés, inglés, italiano...


Muchos de estos ejemplares se pueden conseguir en España a través de FNAC o la librería Pasajes (Madrid).

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Amazon y, sobre todo, eBay, han contribuido notablemente en la localización de ejemplares menos habituales.


Como las lenguas francesas occitan, gallo, alsaciano o bretón, así como Astérix el galo en coreano, latín, maltés o mirandés.
No pueden faltar los ejemplares que tienen el canto a la derecha como consecuencia de que su escritura es de derecha a izquierda: árabe, hebreo y persa (farsi).


Pero mis grandes joyas son estas otras: bengalí, chino, thai y turco.


Los dos últimos son ediciones bootleg, esto es, ediciones piratas no autorizadas bastante cotizadas por los coleccionistas. El último es el Bulvar (serie 1) Asteriks ugursuz kahin, en el cual se alternan páginas en color y en blanco y negro.


Paralelamente, hemos ido coleccionando las versiones de Astérix disponibles en internet en pdf o formato cbr, pero estos no cuentan en mi colección física de cómics de astérix. De ser así, sumaríamos cinco idiomas más y cuatro Mundart diferentes.
Quien sí tiene cabida es la única edición en groenlandés de un Astérix publicada en el periódico Atuagagdliutit / Grønlandsposten entre septiembre de 1981 y agosto de 1982 en forma de tiras semanales. El periódico está archivado en www.timarit.is de donde se puede descargar gratuitamente en formato pdf.
Hemos dejado para el final nuestros 21 Mundart de los 29 existentes.


En la medida de lo posible, intentamos conseguir el primer Mundart, si bien todos ellos llevan una numeración sucesiva por orden de publicación y para algunos Mundart se han publicado varios números de la colección. Cuando ello no es posible por el precio prohibitivo o, sencillamente por no encontrarlo, recurrimos, por ejemplo al Berlinerisch 2 (número 49). Se puede apreciar mejor en la siguiente foto de mis Mundart.


Para acabar, dos aspectos curiosos de mi colección. De una parte me ha servido para comprobar mi facilidad para los idiomas; por ejemplo, si cojo el ejemplar Asterix ann an dùthaich nan Cruithneach, resulta que entiendo el gaélico-escocés. Es evidente que se me escapan algunas palabras, pero entiendo perfectamente la historia.
La otra cuestión tiene que ver con nuestra entrada ¿Se han vuelto locos estos germanos? Hemos procedido a repetir el estudio llevado a cabo por Marcel Kamp, Philipp Slotty, Sevgi Sarikaya-Seiwert, Hans-Jakob Steiger y Daniel Hänggi del Departamento de Neurocirugía de la Heinrich-Heine-University de Düsseldorf en el cual analizaban la epidemiología y los factores de riesgo específicos de los traumatismos craneoencefálicos en la colección completa de los 34 libros de Asterix (todavía no había sido publicado el número 35). Nosotros lo hemos hecho en relación a los diferentes idiomas que componen nuestra colección obteniendo exactamente los mismos resultados, de donde se infiere que los traumatismos craneoencefálicos en las aventuras de Astérix y Obélix no guardan relación alguna con el idioma en el que sea publicado.

Entradas relacionadas:
-¿Asterix en swahili?
-De la percepción fonética de los animales

viernes, enero 09, 2015

Hoy sobran las palabras











Hasta los entrañables Asterix y Obelix de la mano de Uderzo se han sumado al homenaje a Charlie Hebdo.


La barbarie no puede acabar con nuestros principios de libertad.

domingo, enero 04, 2015

Idiotas para siempre

Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano
Schiller

Las revistas científicas en ocasiones nos ofrecen auténticos regalos con estudios que rozan el disparate o al menos pretenden resultar hilarantes para apartarnos durante un rato del apabullante rigor y crueldad del método científico. Una de ellas es el Annals of Improbable Research, al que a veces hemos hecho referencia en este blog, y los Ig Nobel que se derivan de esas investigaciones publicadas en dicha revista. Pero, además, revistas científicas de las denominadas serias, publican en ocasiones artículos cuando menos curiosos. Es el caso de Acta Neurochirurgica que en 2011 publicó el artículo Traumatic brain injuries in illustrated literature: experience from a series of over 700 head injuries in the Asterix comic books y en el que los autores analizaban la epidemiología y los factores de riesgo específicos de los traumatismos craneoencefálicos en la colección completa de los 34 libros de Asterix (ver referencia).
El mes pasado, la prestigiosa revista BMJ, nos deleitaba con el artículo: The Darwin Awards: sex differences in idiotic behaviour (BMJ 2014;349:g7094) en el que sus autores ponen a prueba la Teoría del Macho Idiota para explicar las diferencias entre sexos en relación a los comportamientos de búsqueda de situaciones de riesgo. Para ello analizaron el sexo de los ganadores de los Premios Darwin desde 1995, comprobando que los hombres representaban el 88,7% de los casos, lo que confiere un elevado grado de significación estadística que apoya la hipótesis que los hombres son idiotas, y que los idiotas hacen cosas estúpidas.


Pero para entender bien estas llamativas conclusiones, hay que saber qué son los Premios Darwin. Se trata de unos premios irónicos basados en el supuesto de que la humanidad mejora genéticamente cuando ciertas personas sufren accidentes, muertes o esterilizaciones por un error absurdo o un descuido debido a una conducta objetivamente estúpida.


Para ser digno merecedor de un Premio Darwin, se exigen una serie de requisitos fundamentales:
1-El candidato debe estar muerto o haber quedado estéril para asegurar que no transmite su descendencia.


El portador de esta camiseta solo podría ser nominado en el caso de quedar estéril.
2-El candidato debe hacer gala de una asombrosa falta de sensatez. Por ejemplo, Hoy, de 39 años de edad, cayó desde 24 pisos de altura del Banco de Toronto mientras explicaba la firmeza de la construcción de las ventanas a unos estudiantes de Derecho que estaban de visita. Los cristales de la ventana no eran tan resistentes como cabría esperar.


3-El causante de la "Imposibilidad de reproducción" - el punto número uno - debe ser uno mismo.
4-La persona debe estar en su sano juicio.
5-El acontecimiento debe ser verificado.

La lista de ganadores de los Premios Darwin es bastante amplia y para el estudio publicado en BMJ la casuística se basó en 318 casos perfectamente documentados. Existe incluso una película basada en los Premios Darwin: The Darwin Awards, subtitulada en español Muertes de risa (Finn Taylor, 2006).


Pero lo cierto es que no se necesitan estudios científicos ni Premios Darwin para demostrar la Teoría del Macho Idiota. Mi compañera de trabajo, Marta, sostiene que los hombres somos idiotas porque, genéticamente, a nuestro cromosoma Y le falta una de las patitas del cromosoma X. Quizás sea esa "delección" cromosómica la responsable de que la "patita no cromosómica" de más que portamos, provoque desplazamientos neuronales en la forma de pensar capaces de originar comportamientos habitualmente erróneos que puedan acabar rayando la estupidez más extrema posible. Eso sí sería algo interesante de estudiar de forma científica.