domingo, diciembre 27, 2015

Infecciones zombis

Si empezábamos este año con la siguiente reflexión: "Las revistas científicas en ocasiones nos ofrecen auténticos regalos con estudios que rozan el disparate o al menos pretenden resultar hilarantes para apartarnos durante un rato del apabullante rigor y crueldad del método científico", a propósito de la publicación en la prestigiosa revista BMJ del artículo: The Darwin Awards: sex differences in idiotic behaviour (BMJ 2014;349:g7094); no podemos por menos que despedir el año con la nueva delicatessen que nos ofrece estas navidades la misma revista: Zombie infections: epidemiology, treatment and prevention, por Tara C. Smith (BMJ 2015;351:h6423). Tara C. Smith es Profesor Asistente de Epidemiología en la Kent State University College of Public Health y miembro del Consejo Asesor de la Zombie Research Society. En este artículo nos ofrece un repaso sobre la epidemiología tratamiento y prevención de las infecciones zombis desde el primer brote bien documentado en USA de 1968 (Night of the Living DeadGeorge A. Romero).


El virus Solanum es el agente infeccioso más estudiado como causa de los muertos vivientes o zombis (The Zombie Survival Guide, Max Brooks, 2003). El único medio por el que uno se infecta es a través del contacto directo de fluidos o mejor dicho por la mordeduras, en cuyo caso el virus es mortal.


El virus muta cada célula infectada en una especie de órgano independiente de todas las demás células y sus tareas fisiológicas. El Solanum convierte el cerebro de las víctimas en un órgano especializado que no necesita oxígeno, agua, o alimentos para sobrevivir. La fuente de energía del zombi sigue siendo un misterio desconcertante para la ciencia, ya que un zombi continuará moviéndose indefinidamente sin comida, agua o descanso. Sus células infectadas no obtienen energía de la carne como hacen las células vivas. La carne consumida permanece en el tracto digestivo de los zombis hasta que se pudre y hace que los tejidos del organismo se vuelvan tóxicos. Aun así no se detiene la descomposición, pero los microorganismos que son capaces de descomponer la carne infectada son muy pocos por lo que la descomposición de un zombi puede tardar de tres a cinco años. Una investigación sugiere que se originó en el río Yang Tse en China, en algún lugar de la cuenca de la presa de las Tres Gargantas (World War Z, Max Brooks, 2006).


Se ha implicado también al virus Trixie en al menos dos bien documentados brotes, uno en 1973 en Pennsylvania (The crazies, George A. Romero, 1973) y otro en Iowa en 2010 (The craziesBreck Eisner, 2010)

(Respuesta militar en el brote de Iowa de 2010)

Independientemente del agente (o agentes) causal, ya sea virus, bacterias, priones, etc., el Dr. Steven C Scholzman ha propuesto la definición del Síndrome de Deficiencia Atáxico Neurodegenerativo de la Saciedad, DANS o ANSD en inglés, según el cual el agente causal afectaría al cerebelo y a los ganglios basales provocando la ataxia característica de los zombis. Además, afectaría directamente al lóbulo frontal inhibiendo su capacidad resolutiva. En su libro Autopsia Zombi, describe con todo lujo de detalles los hallazgos de las autopsias realizadas in vivo durante la Fase IV de la enfermedad en la que los sujetos son declarados categóricamente "No Humanos" por la ONU y la OMS.


El daño del lóbulo frontal provocaría un desequilibrio de la corteza cingulada al fallar la comunicación entre la amígdala y el lóbulo frontal, es decir, en caso de que la amígdala genere miedo, ira, o agresividad el cuerpo inmediatamente respondería a dicho impulso. Además, la hiperfagia característica de los zombis sería una consecuencia del daño en el hipotálamo ventromedial.
Más imágenes de Autopsia Zombi (ilustraciones de Andrea Sparacio) podéis encontrarlas en este enlace.
Debido a la ausencia de tratamiento y a que no existen vacunas preventivas de una infección zombi, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han desarrollado de forma detallada como debe uno prepararse y actuar ante un brote de la enfermedad.


Desde su página web se puede acceder a la novela gráfica, "Preparación 101: Zombie Pandemic" donde se demuestra la importancia de estar preparados frente a una posible pandemia zombi de una forma entretenida para gente de todas las edades. Los lectores pueden seguir a Todd, Julie, y su perro Max en como una enfermedad nueva y extraña comienza a difundirse convirtiendo a la gente común en zombis (aquí).


Nota: que mañana sea el día de los inocentes no significa que esta entrada sea una inocentada.

viernes, diciembre 18, 2015

Güi güi chu a Meri Crismas


Güi güi chu a Meri Crismas... 
Güi güi chu a Meri Crismas... 
Güi güi chu a Meri Crismas... 
ana japy niu yiar

viernes, diciembre 11, 2015

To beep or not to beep

Si estando en la carretera oyes un beep beep
ten la seguridad que se trata de mí;
y si intentas seguirme te va a anochecer,
pues ni el feroz coyote me puede comer.

Para los que transcurrió nuestra infancia con los personajes de animación de la Warner Brothers, el Correcaminos y el Coyote, aquellos breves minutos que duraba cada episodio de televisión nos transportaban a un mundo imaginario en el que, al menos yo, nos identificábamos con la extremada torpeza del Coyote en su persistente e incesante intento de alcanzar al Correcaminos para comérselo. El título de este post hace referencia a un capítulo de los 48 cortos existentes correspondiente al año 1963, dirigido por Chuck Jones y Maurice Noble.


En la mayoría de los episodios se ralentizaban las imágenes de los protagonistas para mostrarnos sus supuestos nombres científicos que solían variar en cada corto.


No creo que haga falta decir que ninguno de ellos se correspondía con el verdadero nombre científico que no fue utilizado hasta el episodio número 45 (2003), The Whizzard of Ow, y que son: Geococcyx californianus (Correcaminos) y Canis latrans (Coyote).
Pero en la serie había un tercer personaje, la Compañía ACME de venta de productos por catálogo a través de los cuales el Coyote intentaba conseguir sus propósitos.


Esa ficticia Compañía ACME tuvo una gran repercusión posterior gracias a los Looney Tunes y al protagonismo que adquirió en la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit? dirigida por Robert Zemeckis en 1988. Aunque bastante debatido, el origen de ACME parece proceder de la palabra griega ακμή, que vendría a significar "en la cumbre".


Las penosas experiencias del Coyote con los productos ACME sirvieron para que nunca nos fiáramos de determinadas empresas a las que inconscientemente asociábamos con dicha marca. Pero a lo que queríamos hacer referencia es, en la lógica comicista que envuelve este blog, a la demanda interpuesta por Coyote (Wile E. Coyote) contra la empresa ACME en 1990 por las lesiones sufridas de forma reiterada por los defectos de manufactura y/o advertencias inadecuadas de los productos de dicha compañía. En total, 85 artículos adquiridos con resultados penosos para Coyote.


El montante de la demanda ascendía a 38.750.000 $ en concepto de daños generales, tanto físicos como mentales, así como gastos médicos, honorarios de abogado y días perdidos como trabajador por cuenta propia, esto es, en su caso, depredador. La demanda no tiene desperdicio por cuanto enumera y detalla muchos de sus percances con los productos ACME.


El texto original de la demanda es accesible desde aquí. Para los que prefiráis una versión en castellano, podéis hacerlo en este otro enlace.
Lo mejor de la historia es que tuvo su respuesta en un alegato profesional defendiendo a la Compañía ACME de la demanda interpuesta desmontando los diferentes argumentos de Wile E. Coyote. En dicho alegato se presenta a Coyote como "un negligente cuya propia negligencia supera cualquier posible negligencia de la empresa ACME". Para ello presentan como prueba los propios vídeos de la serie en los que tras sufrir tan aparentes y horrendos percances, se ve no más allá de 30 segundos después al personaje totalmente ileso y sin daños físicos permanentes. Pero es más, según los requisitos para la adquisición de explosivos, se deduce que Coyote lo hizo con una licencia falsificada y, por tanto, realizó compras ilegales de los mismos para un uso indebido ya que estos nunca deben ser detonados cerca de personas o animales.
La demanda de Wile E. Coyote debió desestimarse ya que no hemos encontrado referencia alguna posterior al respecto excepto las legítimas opiniones de fervientes admiradores del personaje del Coyote como es mi caso.

Os dejo con el enlace en youtube al corto titulado To beep or not to beep.