sábado, febrero 25, 2012

Anatomía del Centauro

Si en nuestra última entrada los protagonistas eran Astérix y Obélix, con motivo de un interesante trabajo científico de unos neurocirujanos alemanes, para esta ocasión, hemos encontrado un no menos interesante trabajo, también científico, de un profesor universitario alemán, sobre anatomía. Pero anatomía de un ser mitológico, el centauro, una raza de seres con el torso y la cabeza de humano y el cuerpo de caballo.



Reinhard V. Putz es un importante anatomista a nivel mundial, Profesor del Instituto Anatómico de la Universidad Ludwig-Maximillian de Münich, Alemania, y uno de los mejores discipulos del Dr. Johannes Sobotta, el del famoso atlas de anatomía Sobotta. Su artículo Anatomy of the Centaur, publicado en Annals of Improbable Research (sep-oct 2006: 6-13), se ha convertido en uno de los artículos clásicos de esta revista.
Se trata de un pormenorizado estudio anatómico de cómo debiera ser la anatomía de estos seres mitológicos, en relación a su aparato locomotor, sistema nervioso central, aparato digestivo, así como su sistema cardiorrespiratorio y urogenital.





Partiendo del hecho de que no se han descubierto ni fósiles ni muestras de vida de los centauros hasta la fecha, el presente estudio se basa en las abundantes representaciones artísticas existentes que, en conjunto, nos ofrecen una gran cantidad de datos.
El autor escribe: no presentamos análisis estadísticos. El tamaño del conjunto de las muestras es ampliamente heterogéneo y no puede de ningún modo ser considerada uniforme en cuanto a sus características.
Un Centauro clásico se compone de dos partes del cuerpo, que se encuentran en un ángulo recto. La parte vertical o anterior muestra todas las características de la especie Homo. Por razones de simplicidad, sin embargo, nos limitaremos a referirnos a ella como anterior (A). La parte horizontal es la posterior. En los centauros clásicos, esto, obviamente, pertenece a la especie Equus. Simplemente se denomina posterior (P). A los efectos del presente estudio, de las consideraciones filogenéticas, y con el fin de mejorar la legibilidad, las especies relacionadas a estos epítetos se ajusta a estos términos. Al describir y discutir a los centauros clásicos, por lo tanto, la parte anterior del cuerpo se conoce como Humano anterior (HA) y la parte posterior, como posterior equina (PE).






Debido al número mucho mayor de muestras de centauros masculinos, el presente estudio no se ocupa de la anatomía de las hembras, las centáurides, con la excepción de una breve discusión de los órganos genitales externos. El análisis exhaustivo de los centauros hembra es una tarea que el autor deja para los futuros investigadores.
Hay que tener en cuenta dos principios estructurales diferentes en la hipotética anatomía de los centauros clásicos. Por un lado, el cuerpo de los centauros contendría sistemas simples, como son el aparato locomotor y el sistema nervioso; de otra parte, existirían sistemas duplicados, como el aparato digestivo, respiratorio, circulatorio y urogenital (ver figuras previas).

Como una cosa lleva a la otra, a raíz de la lectura de tan interesante e imprescindible trabajo científico para entender la anatomía de los centauros, se me ocurre o echo en falta un Atlas de Anatomía comparada entre Madelman y Geyperman, y que lanzo para que alguien se anime a llevarlo a cabo.

Como mi casa era pequeña y éramos muchos, mis padres optaron por los madelman, que eran más pequeñitos (1:11; 1968) y, además, llegaron antes que los geyperman (1:6; 1975). Además, los madelman eran 100% españoles y constaban de 23 piezas (Fuentes: playclicks.com y rosaspage.com).

Mis primitivos madelman se perdieron gracias a que se los dejé a un sobrino mío. En el año 2002, con el diario La Razón, se reeditó una versión modernizada de ellos en los que, a diferencia de los de la primera etapa, tenían pies y no los típicos muñones que encajaban perfectamente con las botas.





No sé si fue fruto de la evolución, pero años después aparecieron los geyperman, con articulaciones impresionantes, en especial la de la rodilla, que estaba dotada de una movilidad cuasi-humana. Se trataba de un muñeco atlético como correspondería a una figura de acción, pero con detalles de una figura artesanal. Los dedos de sus manos eran flexibles, pudiendo agarrar con presteza, lo que, de alguna manera, reflejaba algo lo más parecido al salto evolutivo entre los primates y el género Homo.
Nunca tuve un geyperman; siempre fui fiel a mis madelman. En cualquier caso, ambos se extinguieron prácticamente a la vez, en 1984, desplazados por los click de Playmobil.

No tengo la menor duda que un estudio científico al respecto sería sumamente interesante. La anatomía comparada entre los madelman y los geyperman podría ofrecernos interesantes perspectivas de cara a entender por qué se extinguieron. Un apunte, los madelman nunca se ajustaron a las dimensiones apropiadas que Leonardo da Vinci estableció para su hombre de Vitrubio.



Pero, independientemente de ese detalle anatómico-anécdotico, no cabe la menor duda que los madelman nos hicieron soñar y nos permitieron acceder a un mundo de aventuras fruto de nuestra propia imaginación.

Y volviendo al principio, ya que se trata de Centauros, os dejamos con Heracles matando al Centauro, por Giambologna. en la Loggia dei Lanzi en la Piazza della Signoria en Florencia.



El Centauro víctima de Heracles es Neso, hijo de Ixión y Néfele, una ninfa-nube a la que Zeus había dado la forma de Hera. En un acceso de lujuria, intentó raptar a Deyanira, la esposa de Heracles. Su osadía le llevó al mismo destino que nuestros madelman.