sábado, junio 13, 2020

Las dos Españas

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza
entre una España que muere
y otra España que bosteza
(Antonio Machado)

Hasta no hace mucho, toda la población en cualquier lugar de España, salía a las ocho de la tarde a su balcón o se asomaba por su ventana para aplaudir a los sanitarios. Muy rápidamente ese sentido homenaje solidario se extendió a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y a todos los trabajadores de actividades esenciales que han hecho posible que este desastre de la COVID-19 no haya sido aún mayor. Como dijimos en su momento, el personal sanitario no hemos sido héroes. Con sentido de la responsabilidad nos hemos enfrentado a toda esta puta mierda y muchos hemos entonado, incluso, un sentido Mea culpa por el sentimiento de rabia e impotencia al que nos vimos abocados por falta de medios y de previsión. Ser el país del mundo con el mayor porcentaje de personal sanitario infectado por este "puto bicho" (más del 20%, 51849 casos a día 11/06/2020) resulta un argumento contundente.
Reconozco que me conmovió esa solidaridad manifestada por la inmensa mayoría de la ciudadanía mientras hacía un ejercicio de responsabilidad en medio del obligado confinamiento. Hemos conocido historias extraordinarias al respecto, maravillosos actos que han demostrado de lo grande que puede llegar a ser el ser humano. Pero bastó un cierto relajamiento en ese confinamiento para que toda la rabia, impotencia e indignación me devolviera a la jodida realidad de las dos Españas: la de los que convirtieron los aplausos en caceroladas en legítima protesta contra el Gobierno, pero sin ningún respeto a las medidas de distanciamiento social; y la de aquellos otros buscando un enfrentamiento directo y, en ocasiones, violento hacia los anteriores.
Da la impresión de que no hemos aprendido nada. Mientras la ciudadanía aceptaba resignada las duras y estrictas medidas tomadas durante el confinamiento, hemos podido asistir a una reedición del programa Los Payasos de la Tele y su Había una vez... ¡un circo! con el Congreso de los Diputados como plató. Mientras en la mayoría de los países, sea del color que sea el de su gobierno, ha habido unanimidad frente a esta lucha titánica que ha sido para miles de millones de personas, aquí hemos podido ver como los señores diputados vomitaban toda clase de despropósitos e improperios, sin excepción alguna. Un vómito hediondo que solo ha servido para alimentar la contenida crispación de los ciudadanos durante el confinamiento. Ha bastado un pistoletazo de salida para poner de manifiesto las consecuencias de ese repugnante vómito contagioso que nos devuelve a las dos Españas de Antonio Machado.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón

sábado, junio 06, 2020

Había una vez... ¡un circo!

¡Qué tiempos aquellos cuando los Payasos de la Tele! Aparecían Gabi, Fofó y Miliki, en blanco y negro, y nos cantaban aquello de...

Había una vez un circo
Que alegraba siempre el corazón
Lleno de color, un mundo de ilusión
Pleno de alegría y de emoción

¡Qué vida más curiosa de contrastes! Nos cantaban en blanco y negro y nosotros éramos capaces de imaginarnos un mundo en color. Hoy en día, que el mundo es en color, este circo es lo más parecido a algo penoso y lamentable en blanco y negro. Aunque hayamos pasado de unas pistas circulares a un hemiciclo, aunque los leones del circo actual sean de piedra, echamos en falta unos buenos payasos. A ver, ¡payasos son! pero ¿buenos? Cada cual que se responda a sí mismo lo que prefiera. Lo único que tenemos que agradecerles es que nos hayan entretenido durante el confinamiento, gracias al lamentable espectáculo que nos han ofrecido y nos siguen ofreciendo durante la gestión de esta crisis.
Desde mi modesto punto de vista, me parecen todos los integrantes del Congreso de los Diputados un atajo de irrepresentantes absolutamente ajenos al mundo que les rodea. ¡Sin excepción! Algunos le llaman a esto democracia. Me río de ello. Se supone que la democracia la inventaron los griegos hace unos cuantos siglos. ¿Tiene algo que ver nuestro concepto actual de democracia con el del concepto del que parte? Con el modelo de democracia ateniense, en la actualidad, todos los Presidentes de Gobierno que hemos tenido hubieran tenido que dar cuentas públicas ante la Asamblea (el pueblo) acusados de alta traición y exponerse al ostracismo o a la ejecución. Obviamente hemos evolucionado y no se trata de ejecutar a nadie. Un sistema político por el cual votas a un partido y no a una persona y, además, cada cuatro años a no ser que sean tan cenutrios que no puedan ser capaces de ponerse de acuerdo, yo no lo llamo democracia; eso habría que llamarlo asnocracia.