sábado, septiembre 27, 2008

Fiesta de cumpleaños

Hoy es el cumpleaños de mi hija pequeña. Ayer lo celebró con los compis del cole, aunque la celebración tendrá continuidad hoy durante todo el día con otros amiguitos. Mi mujer le preparó una sorpresa: una tarta de chuches.



Resultó todo un éxito. Tras soplar las velas, un montón de pequeñas manos se abalanzaron sobre la tarta dando buena cuenta de ella en poco tiempo.



¡Feliz cumpleaños, Isabel!

martes, septiembre 23, 2008

Otoño

El pasado domingo día 20 de septiembre, a las 11:51 horas peninsular (datos del Observatorio Astronómico Nacional), empezó oficialmente el otoño en el Hemisferio Norte (en el cual yo vivo). Las previsiones son que este año el otoño va a ser más húmedo que el del año pasado.
Para mí, el otoño es una de las estaciones más bonitas. Muchos recuerdos de mi infancia y juventud están asociados a esta estación: los paseos con mi abuela por el bulevar de Vallecas, con el suelo lleno de las hojas caídas de los árboles y el suelo húmedo y resbaladizo por las finas y pertinaces lluvias otoñales; paseos de la mano con alguna chica por el Parque del Retiro y el olor a tierra mojada.
Siempre he asociado el otoño a esa preparación que experimenta la Naturaleza para adaptarse a la llegada de los fríos inviernos y, a título personal, a etapas de renovación en mi propia vida. Este año también, el otoño, se asocia a un nuevo período de renovación en mi vida.

jueves, septiembre 11, 2008

No olvidamos

El 11-S es imposible de olvidar. Desde hace 7 años, no tenemos, al menos yo no tengo, palabras para describir lo que ocurrió aquél día. No olvido, y porque no quiero hacerlo, desde hace unos años, tal día como hoy, enciendo una vela en recuerdo de los 2973 inocentes fallecidos y los 24 desaparecidos. Es obvio que dejo fuera a los 19 terroristas.

domingo, septiembre 07, 2008

1ª medalla de oro en los Paralímpicos de Pekín

Si los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 han sido todo un auténtico éxito para la delegación española, no se van ha quedar atrás nuestros Paralímpicos. En el 1º día de competición ya han caído cuatro medallas, una de ellas de oro: Mª Teresa Perales en 100 mts libres S5 con récord del mundo incluído.
Hace cuatro años, preparando los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, en Oviedo, tuve la oportunidad de conocer a Mª Teresa, así como a Richard Oribe, plata hoy en 100 mts libres S4. Uno de los preparadores del equípo paralímpico de Atenas 2004, Roberto Hevia, nos invitó en aquél verano a visitarle en Asturias. Tras una jornada de entrenamientos, tenían previsto una visita al Museo de la Minería en El Entrego y, después, una pequeña espicha patrocinada por un bareto de esa localidad. Fuimos inivitados a compartir con ellos unas horas de asueto gracias a nuestra amistad con Roberto. Lo pasamos muy bien y nos llamó mucho la atención la gran animosidad y la enorme ilusión de estas personas que sólo aspiran a ser unos ciudadanos más como otros cualquiera en nuestra cada vez más compleja sociedad. Ellos representan un auténtico ejemplo de esa inquietud.
¡Bravo Mª Teresa y todos los demás miembros del Equipo Paralímpico Español!



Mª Teresa, en el centro de la foto, en El Entrego en 2004 en una espicha.



Roberto Hevia escanciando sidra.



Mª Teresa Perales consigue su primera medalla de oro en Beijing en 100 mts libres S5 con récord del mundo.

miércoles, septiembre 03, 2008

A veces un final feliz

Hace poco más de un año publicábamos en este mismo Blog una bonita historia: volverán las oscuras golondrinas; si bien no tuvo un final feliz (ver comentarios de ese mismo post). Este año volvieron las oscuras golondrinas al nido y volvieron a poner huevos.



Y volvieron también las pérfidas urracas.

No sabemos si las mismas golondrinas u otra pareja volvieron a intentarlo. Esta vez contaron con la inestimable colaboración de nuestro perro, Pluto, un montaña de los Pirineos que, agobiado por el calor, había perdido notablemente el apetito. Las urracas prefirieron el pienso que se dejaba nuestro perro al asedio del nido de golondrinas. Gracias a ello pudimos comprobar que un polluelo salía adelante asomándose al borde del nido pidiendo con insistencia alimento a sus progenitores.



Para nuestro asombro, resultó que no era uno, si no dos, el número de polluelos que, al principio titubeantes, iniciaron sus clases de vuelo para acabar abandonándolo cuando se sintieron capaces de ello.



A veces, las historias tienen un final feliz.