Por fin me he comprado una cámara reflex digital. La elegida ha sido una Nikon D90 con un objetivo AF-S Nikkor 18-105 mm. Ya sé que las hay mejores, pero el presupuesto es el presupuesto.
Me pasé todo el día de ayer como un crío con juguete nuevo explorando las posibilidades de mi cámara, que son muchas. Sólo el Manual del Usuario es un tocho de 278 páginas, todas en español.
Como ayer era el día que nuestras desbrozadoras ecológicas se volvían con su rebaño después de casi un mes con nosotros, se convirtieron en protagonistas de la sesión fotográfica de aprendizaje del uso de las innumerables funciones de mi Nikon.
Aunque no fueron las únicas. Matute, el gato de mis hijas, también chupó cámara.
La verdad es que chuparon cámara todos: el perro, el hámster, las golondrinas, el insecto hoja y hasta el último visitante ocasional, el tritón jaspeado.
Como no podía ser de otro modo, hubo hasta un pequeño homenaje gastronómico: Fabes con almejas; si bien el resultado, aunque rico, no fue el más alentador para lo que hubiese sido, digamos, un blog de cocina.
lunes, junio 01, 2009
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