¡Qué pena!

Esa ha sido la frase más repetida por mi mujer desde el pasado viernes cuando finalmente fue Río de Janeiro la ciudad elegida para albergar los Juegos Olímpicos de 2016. La corazonada nos ha dejado descorazonados. Es cierto que en las apuestas de última hora Río partía como favorita frente a Madrid y no es menos cierto que el COI apuesta por la alternancia de Continentes, pero siempre queda un atisbo de esperanza. Ya veremos si Madrid vuelve a presentarse para el 2020 (queda bastante lejos), mientras tanto, una cosa es cierta: henos disfrutado este verano paseando la candidatura olímpica de Madrid 2016 por tierras tanzanas.