Si el invierno pasado resultó pródigo en nevadas, esta temporada no le va a la zaga. Hemos perdido ya la cuenta de las nevadas y de las incomodidades causadas por la nieve durante este año. Ver nevar es bonito, al calor de una chimenea con una taza de café bien caliente en la mano.
Pero resulta algo muy distinto cuando tienes que sufrir las incomodidades que origina en los inevitables desplazamientos.
En cualquier caso, resulta bonito contemplar las habituales estampas del paisaje que nos rodea todo cubierto de ese blanco resplandeciente; y observar los copos que van cayendo mansamente para fundirse en ese manto de nieve.
miércoles, febrero 17, 2010
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