He de reconocer que hacía tiempo que no iba al cine a ver una película tan mala como la que he visto hoy: El Capitán Trueno (Antonio Hernández, 2011).
Sabedora de que fue uno de los personajes de tebeo preferidos de mi más tierna infancia, mi mujer quiso que fuéramos a ver la película. Raramente las películas se encuentran a la altura de las obras literarias o de los cómic en los que se inspiran, pero otra cosa es destrozar la obra o el personaje en cuestión. Lo que yo he visto hoy no es el Capitán Trueno, es el Capitán Patético.
Para evitar prejuicios, no había leído crítica ni noticia alguna al respecto de la película. Pero los comentarios respecto a la misma, después de haberla visionado, han confirmado mis sensaciones: una película mala de solemnidad. Desde el guión, si a eso se le puede llamar guión, hasta la dirección, es sencillamente lamentable. Incluso la escena en el agua, un clásico del Capitán Trueno, resulta penosa.
Bueno, no es que se trate de denostar los productos españoles, que no solemos hacerlo, pero, en este caso, he de reconocer que he sentido hasta vergüenza ajena: ¡Joder, qué película tan mala!
sábado, octubre 08, 2011
El Capitán Patético
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