Nuestro admirado Leonardo da Vinci, protagonista de muchas entradas de este modesto blog, escribió una carta a su hermanastro Doménico hacia el año 1506. Dicha carta está recogida en el Códice Atlántico en el folio 541, cuyo original se conserva en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. En dicha carta, el Maestro le escribe a su hermanastro:
He sabido por una carta tuya que tenías un heredero, acontecimiento que, según creo comprender, te complació mucho. Ahora bien, en la medida en la que te juzgaba dotado de prudencia, heme aquí ahora convencido de que estoy tan lejos de ser un juez perspicaz como tú un hombre prudente; pues te felicitas de haber engendrado un enemigo atento, cuyas fuerzas tenderán, todas, hacia una libertad que sólo le llegará con tu muerte...
Después de leer un párrafo así y de comprobar que, en gran medida, las palabras del Maestro del Renacimiento se ajustan, como casi siempre, a la cruda realidad, parece como que se quitan las ganas de ser padre.
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