jueves, agosto 07, 2014

Temblequeando por Mora

El habitual periplo Comunero nos lleva en esta ocasión a Mora, en Toledo. Si el 21 de agosto de 1520, las tropas imperiales incendiaron gran parte de la ciudad de Medina del Campo por negarle la población las piezas de artillería para el asalto de Segovia, otra de las perlas de las tropas de Adriano de Utrecht, regente de Carlos I y posteriormente papa conocido como Adriano VI, es el incendio de Mora el 12 de abril de 1521:
La guerra se va extendiendo, larga la lucha será. Un ejército imperial a Mora tiene cercada, la ciudad guarda silencio se diría abandonada. Con Zúñiga a la cabeza los imperiales avanzan. "Os rendireis los de Mora o Mora será arrasada". La artillería real logra quebrar la muralla, aguantan los defensores, hacen frente a las mesnadas. Luchando calle por calle, luchando casa por casa, van muriendo en el combate o en el suelo se desangran. Los imperiales se adentran, ya la iglesia está cercada. "¿Quién se refugia en la iglesia huyendo a nuestra venganza?" Son mujeres y son niños o son los viejos sin armas. "Si son mujeres o niños o si son viejos sin armas, Comuneros son también y morirán sin que salgan". Los reales prenden fuego, la iglesia ya está incendiada. Tres mil mujeres y niños y viejos que están sin armas se quemarán en la iglesia sin poder abandonarla. En silencia queda Mora, ¡cómo crepitan las llamas! (Nuevo Mester de Juglaría, Los Comuneros. 25 años después)


La Iglesia de Nuestra Señora de Altagracia donde tuvo lugar aquél horrible suceso, no es la de la foto porque la iglesia quedó en tal estado que hubo de ser reconstruida después de la Guerra de las Comunidades. Aparentemente, cuesta creer que cupiesen 3000 personas en el interior de la iglesia, pero una serie de comprobaciones aritméticas nos indican que incluso pudieran haber cabido más.
La actual iglesia rinde homenaje a las víctimas franquistas y falangistas de Mora de la Guerra Civil sin ningún tipo de referencia a aquellos otros hechos de 1521.


La visita a Mora era obligada por su pasado comunero, aunque hay que reconocer que podría haber sido una visita prescindible. Aunque existe un interesante Museo del Aceite, hay que reconocer que se trata de una población no muy bien preparada para el turismo.


Si visitáis Mora y os encontráis esta indicación, no la hagáis ni caso: os llevará a cualquier sitio menos a la Oficina de Tursimo de Mora.


Y respecto al plano de situación que se muestra, sencillamente, no hay palabras. La numeración de los monumentos en el plano está hecha por alguien que debía ser más aficionado a otros menesteres bastante más lúdicos que el de la información turística.
La principal ventaja de Mora es la proximidad de Tembleque donde se puede comer bastante bien y admirar la impresionante Plaza Mayor que no cabe en el objetivo de la cámara.




Bueno siempre cabe la posibilidad de temblequear un poco previo paso por Mora y rendir un sentido homenaje a aquellos más de 3000 mujeres, viejos y niños quemados vivos en el interior de la iglesia por las fuerzas imperiales de Carlos I durante la Guerra de las Comunidades.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Usted si que es prescindible como visitante de Mora, y esta entrada de este blog mucho mas. No le esperamos mas por aquí, no hace falta que vuelva. Un moracho.
(Si se hubiera molestado por lo menos en circundar la iglesia, habría visto la placa que sí que existe en recuerdo de este suceso de la guerra de las comunidades y como homenaje de morachos fallecidos).