Clara y los Premios Príncipe de Asturias

Debo reconocer que, este año, la concesión de los Premios Príncipe de Asturias del Deporte a Rafael Nadal y de la Concordia a Ingrid Betancourt, de cuya liberación nos hicimos eco en su momento, ha dejado en un segundo plano mediático los demás premios que, no por ser menos publicitados por la prensa deba considerarse que sean secundarios. Pero he de reconocer que no me había enterado de la concesión del Premio de Cooperación Internacional a cuatro organizaciones que lideran la lucha contra la malaria: Ifakara Health Research and Development Centre (Tanzania), The Malaria Research and Training Centre (Mali), Kintampo Health Research Centre (Ghana) y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique). No es la primera vez que los Premios Príncipe de Asturias recalan en la lucha contra una de las enfermedades más desvastadoras del Tercer Mundo: la malaria. Ya en 1994 el colombiano Manuel Elkin Patarroyo obtuvo el galardón por sus trabajos en el desarrollo de la primera vacuna sintética creada en el mundo para la prevención de la malaria.
Ayer, mientras veíamos en directo la retransmisión de la entrega de dichos premios por televisión, me quedé estupefacto cuando, una antigua compañera mía, salía a recibir el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional: Clara Menéndez en nombre del Centro de Investigación en Salud de Manhiça, junto a su esposo Pedro Alonso. La verdad es que, pese a la sorpresa, me alegré enormemente. Aunque hacía muchos años que no la había vuelto a ver, Clara es de esos compañeros a los que no se olvida y que, un día, en reconocimiento a algo grande que han hecho, te enteras y te sientes satisfecho de haber compartido algunos instantes de nuestras respectivas vidas.



Foto de Clara Menéndez tomada por Lucía Carretero para el reportaje de el diario el mundo en mayo de este año.

¡Felicidades Clara!
Hongera sana, Clara!