Pese a la incomodidad que representa la nieve, su presencia, ocasional, nos alegra la vista. Un paisaje nevado es realmente bonito. Yo suelo asociar nieve a calor de hogar: a chimenea encendida y a castañas asadas. A veces, también, a cadenas en las ruedas del coche; aunque esta vez no han sido necesarias.
Mañana, ¡ya veremos!
domingo, diciembre 14, 2008
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