La llegada de la nieve nos suele indicar que el invierno y las Navidades se acercan. Aunque en nuestro país nieve es sinónimo de caos circulatorio, hay que reconocer que las nevadas son necesarias. El sabio refranero popular nos dice: Año de nieves, año de bienes.
En las montañas, la nieve se convierte en una importante reserva hídrica que irá reponiendo lentamente el cauce de los ríos cuando se derrita; todo lo contrario de los bruscos chaparrones y las crecidas de los ríos. Además, los paisajes adquieren un encanto especial, diferente a la imagen habitual grabada en nuestros cerebros.
Y los niños disfrutan jugando y haciendo efímeros muñecos que se derretirán tan rápidamente como se va la propia nieve.
domingo, noviembre 30, 2008
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