domingo, febrero 27, 2011

El hombre de Vitruvio

Con motivo de nuestro último viaje al norte de Italia, a Pordenone, donde nuestra hija mayor está cursando este 2º trimestre dotada de una beca Comenius, resultaba obligada una visita a Venezia. Mi mujer me preguntó dónde se encontraba el famoso hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci. Mi respuesta fue inmediata: en el reverso de las monedas de euro de Italia.



Bromas a parte, el original del hombre de Vitruvio se encuentra en Venezia, en la Gallerie dell’Accademia, aunque debido a su deteriorado estado, no se encuentra habitualmente expuesto.



Esta misma semana pasada me ha llegado mi regalo de Reyes; aunque con notable retraso, directamente desde EEUU, un ejemplar de ambos volúmenes de The Notebooks of Leonardo da Vinci, recopilados y editados de los originales manuscritos del maestro por Jean Paul Richter.



Richter nos ha facilitado la tarea de descifrar la ortografía de Leonardo da Vinci que habíamos emprendido con motivo de la consulta del Códice Madrid, el cual se encuentra en la Biblioteca Nacional y se trata del único manuscrito de Leonardo da Vinci digitalizado y disponible en línea (ver Códice Madrid).
Como sabréis, Leonardo escribía al revés, de derecha a izquierda, lo que ha servido para multitud de interpretaciones; aunque la más razonable es la de que, al ser zurdo, de esa forma no emborronaba lo que acababa de escribir.



La peculiar grafía de Leonardo, a la que hay que añadir las abreviaturas que empleaba, y la transcripción de Richter nos ha permitido averiguar lo que escribe el maestro encima y debajo de su famoso hombre de Vitruvio.
Para empezar, nos facilitará la tarea invertir el texto, como si lo colocásemos ante un espejo.



Descomponiendo el texto por renglones, y con la ayuda de los equivalentes gráficos proporcionados por Richter, podemos leer en italiano:


Vetruuio architecto mecte nella sua opera d'architectura, chelle le misure dell'omo somo dalla natura


'disstribuite in quessto modo cioè che 4 diti fa uno (i) palmo e 4 palmi fa uno (i) pie 6 palmi fa un chubito 4


cubiti fa i homo e 4 chubidi fa i passo he 24 palmi fa i homo ecqueste misure son ne sua edifiti.

Y continúa. Este abigarrado estilo de Leonardo, plagado de faltas de ortografía (aunque en su lengua toscana de la época eran bastante habituales), le ha valido fama al maestro de disléxico. Al respecto, y sin entrar en el tema, os remitimos a este enlace que cuestiona con interesantes argumentos la dislexia de Leonardo. Su condición de hijo ilegítimo le privó de un aprendizaje convencional, lo que llevó a este autodidacta a escribir recurriendo a la homofonía, esto es, a escribir tal y como suenan las palabras idependientemente de las reglas ortográficas a las que Leonardo siempre despreció, presumiblemente por desconocerlas.
En este pasaje, Leonardo hace referencia a la obra del gran arquitecto del siglo I a. C. Marco Vitruvio Polión, autor del tratado de arquitecura más antiguo que se conoce: De architectura (Libro 3º; cap. 1). El texto de Leonardo en su famoso hombre de Vitruvio dice:

Vitruvio, el arquitecto, dice en su obra sobre arquitectura que las medidas del cuerpo humano están establecidas por la Naturaleza del siguiente modo: esto es que 4 dedos hacen un palmo y 4 palmos hacen un pie; 6 palmos hacen un codo; 4 codos hacen la altura de un hombre. Y cuatro codos hacen un paso y 24 palmos hacen un hombre; y esas medidas son usadas en sus construcciones. Si abres las piernas tanto como para reducir tu altura 1/14 y abres y levantas los brazos hasta que la mitad de los dedos toquen el nivel de la parte superior de la cabeza debes saber que el centro con las extremidades extendidas estará en el ombligo y el espacio entre las piernas será un triángulo equilátero (más o menos).

Para terminar y aunque no venga muy a cuento. Hemos hecho referencia en este blog en alguna ocasión a la afición de Leonardo a la cocina. En el libro Notas de cocina de Leonardo da Vinci de Shelagh y Jonathan Routh, se nos ofrece uno de los menús ilustrados que Leonardo y Botticelli confeccionaron para la taberna que montaron. Si los dibujos son de Botticelli, el texto, no cabe la menor duda, corresponde a Leonardo.



En lo que respecta al hombre de Vitruvio, siempre nos quedan las monedas de euro de Italia.

domingo, febrero 20, 2011

Pero ¿dónde está Pordenone?

Debo reconocer que nunca me hubiera planteado la pregunta que da título a esta entrada de no haber sido por mi hija Helena y los otros cinco intrépidos estudiantes del IES Sierra de Guadarrama que se encuentran en Pordenone con una beca Comenius.



Tras reconocer nuestra ignorancia en geografía italiana y ubicar la localidad en el mapa, nos hemos documentado acerca de esta capital de la provincia homónima. Situada en el noreste de Italia, en la región de Friuli-Venezia Giulia, linda con las provincias de Belluno, Udine, Treviso y Venezia al sur.



Y, además, hemos estado recientemente. A unos 90 km. de la ciudad de Venezia, la mejor manera de llegar a Pordenone es en tren.



Como se trata de una ciudad pequeña (50.000 habitantes), se recorre en poco tiempo bajo la tutela de los improvisados guías del programa Comenius.





Corso Vittorio Emanuele II es la calle principal de esta ciudad que nos lleva al Palazzo Comunale (Ayuntamiento) y al Duomo de San Marco, patrón de la ciudad.







No muy lejos, por la Via San Marco, se llega a la Chiesa della Santissima Trinità, una de las muchas iglesias de Pordenone.



También relativamente cerca de la Piazza San Marco se encuentra la Piazza della Motta donde se ubica el Ex-Convento di San Francesco, hoy en día dedicado a toda clase de actividades artístico-culturales.





Y ¿cómo no?, la Chiesa di San Giorgio a la que Laura hacía referencia en el blog Italia 2011.



Obligada referencia en esta entrada es el Liceo Leopardi-Majorana donde se encuentran estudiando los intrépidos estudiantes del IES Sierra de Guadarrama.





Consultando su página web nos hemos enterado del buen número de proyectos educativos en los que participa, uno de ellos, en especial, nos ha llamado poderosamente la atención: Progetto Dislessia: la didattica in presenza di DSA.

martes, febrero 15, 2011

San Valentín, Venezia... Pordenone

El día de San Valentín en nuestra casa es un día muy especial, al menos lo es desde hace dieciséis años, que son los que hace que nació nuestra hija mayor Helena, una de las integrantes de la expedición de estudiantes de la beca Comenius del IES Sierra de Guadarrama a Pordenone. Con la "excusa" de pasar su cumpleaños con ella, nos hemos plantado el fin de semana en Pordenone, la hemos secuestrado de su maravillosa familia italiana y la hemos regalado una pequeña estancia en Venezia.





Poco se puede decir de Venezia que no se haya dicho ya. Esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad, está formada por 118 islas unidas por 354 puentes. Las fotos superiores corresponden al Gran Canal desde el puente de la Academia, uno de los cuatro puentes que atraviesan el Canal.





Si bien, es la impresionante Plaza de San Marcos la que más actividad turística concentra en toda Venezia; en esta ocasión, sin las incomodidades propias de la acqua alta o marea alta que se produce dos veces al día, en primavera y otoño, y que inunda completamente la Plaza de San Marcos.



Los caballos en cobre dorado en la terraza de la fachada principal fueron transportados por los venecianos desde el hipódromo de Constantinopla en 1204, después de la conquista de esta ciudad durante la Cuarta Cruzada. Los auténticos se encuentran en el interior, en la Galería de la Basílica. Hemos intentado mejorar una foto anterior con poco éxito.

Pero ya volveremos a Venezia para descubrir más cosas de esta increíble ciudad. Aunque pequeñita y discreta, Pordenone tiene el encanto de esas pequeñas ciudades provincianas. Con solo 50.000 habitantes, es la capital de la provincia homónima donde se encuentran los seis intrépidos estudiantes españoles del IES Sierra de Guadarrama.





Ayer, día 14, partían bien pronto (6,19 horas) en tren, como parte de su estancia con la beca Comenius, a Roma. Fue la oportunidad para verlos de nuevo, otra vez juntos a los seis, en esta ocasión con la tutora en Italia del proyecto, Daniela del Tedesco, y poder comprobar la cara de felicidad de todos ellos (pese a la hora) y la soltura y facilidad con la que se desenvuelven en italiano.



No verán mucho de Roma ya que vuelven hoy mismo, pero habrán estado allí. Además, para Helena, resultará memorable el poder contar que ha pasado su cumpleaños en Roma.

lunes, febrero 07, 2011

30 años y un día

No, no se trata de ninguna condena. Repasando algunos libros de mi juventud, apareció, hace unos días, a modo de marcapáginas, el siguiente billete de metro.



Por la fecha (6 de febrero de 1981), hoy se cumplen 30 años y un día de su utilización. Indagando un poco, hemos averiguado que aquél día era viernes y el billete debió ser utilizado para acudir a la Universidad, a no ser que ese día hiciéramos pellas (que no me acuerdo) y fuese utilizado para algún otro menester diferente. En cualquier caso, ¡cómo pasa el tiempo!