jueves, abril 25, 2013

Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch

Aunque no os lo creáis, Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch es el nombre de una pequeña localidad en la isla de Anglesey, en Gales, en el Reino Unido.


Es el topónimo más largo de tan insigne país y el tercero más largo del mundo. Prácticamente nada si se compara con: Krungthepmahanakonbowornratanakosinmahintarayudyayamahadiloponoparatanarajthaniburiromudomrajniwesmahasatarnamornpimarnavatarsatitsakattiyavisanukamphrasit, que al cambio, traducido del thai, significa: "Ciudad de ángeles, la gran ciudad, la ciudad de joya eterna, la ciudad impenetrable del dios Indra, la magnífica capital del mundo dotada con nueve gemas preciosas, la ciudad feliz, que abunda en un colosal Palacio Real que se asemeja al domicilio divino donde reinan los dioses reencarnados, una ciudad brindada por Indra y construida por Vishnukam"; y más conocida, a nivel internacional, como Bangkok, capital de Tailandia.
O si lo comparamos con: Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu, una colina de Nueva Zelanda, en la Isla Norte, cuyo nombre es casi más largo que su altitud, 305 metros sobre el nivel del mar. Traducido al español, del maorí, significaría: "La cima donde Tamatea, el hombre de grandes rodillas, el escalador de montañas, el devorador de tierra, el viajero incansable, tocó su flauta a un ser querido".
Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch, traducido del gaélico, significaría: "La iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de un torbellino rápido y la iglesia de San Tisilo cerca de la gruta roja".


Y se pronunciaría de la forma que podéis escuchar aquí.

Afortunadamente, este pueblecito de algo más de 3000 habitantes, no es Patrimonio de Nada, lo que hace que no sea un objetivo chinchetil de mi mujer.
De alguna forma, en mi opinión, todo esto tiene algo de trampa, ya que esos nombres hacen referencia a una descripción. Propongo, para alzarnos en el primer puesto de topónimos, renombrar nuestra toledana El Toboso, como: "Un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme..." y aprovechar para soltar todo El Quijote de una parrafada.

lunes, abril 22, 2013

Una nueva "chincheta patrimonial"

El reciente viaje a Alicante para participar en una jornada sobre dislexia ha servido, además, para aumentar la colección de "chinchetas patrimoniales" de mi mujer, esto es, visitar un nuevo Patrimonio de la Humanidad: esta vez, Elche; en concreto, el Palmeral de Elche, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000, y uno de los dos patrimonios de esta ciudad alicantina. El otro es la representación sacra del Misterio de Elche, declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Con sus más de 200.000 palmeras, es el palmeral más grande de todo Europa y una verdadera delicia pasear por ellos y entre las palmeras que crecen por todas partes.


Obligada visita al Museo del Palmeral donde nos adentramos en la historia del mismo así como de todo lo relacionado con esta planta.


Incluida la referencia a la plaga por el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) que desde el año 2005 obliga a extremar los cuidados del palmeral por el daño que provoca este coleóptero en las palmeras de las que se alimenta durante la fase de larva.


El paseo por el jardín y la contemplación del proceso de riego mediante acequias y el ruido del agua, rezuma un sosiego y una tranquilidad fascinante.




Muy cerca del Museo, el Huerto del Cura donde, entre la abundante vegetación, y no solo de palmeras, destaca la impresionante Palmera Imperial, que en el año 1873 comenzaron a brotar de su tronco muchos hijuelos a una altura de 1'80 m. A principios del siglo XX los hijos quedaron reducidos a siete, con lo que la palmera quedó tal y como puede verse en la actualidad.



Como no podía ser de otra forma, ¿qué traerse de Elche a modo de recuerdo si no una palmera?


sábado, abril 13, 2013

Una de dos

Una de dos: o el Rey no es español o nuestra Constitución es una mierda.

Vamos por partes. La denominada Carta Magna, en su artículo 14 establece:
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social
(el texto de la Constitución es accesible aquí).

Además, en su artículo 56.3, establece:
La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.

Eso significa dos cosas: una que no se le puede violar (léase sodomizar); y dos, que al no tener responsabilidad alguna es un irresponsable, como ya demostrara con lo de la cacería de elefantes en Botswana o la presunta cacería del oso borracho ruso Mitrofán.

Siguiendo con la Constitución, en su artículo 64.2, dice:
De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden.

Y se queda tan ancha. Esto es, en el caso de la cacería de Botswana, de quien organizó el safari. Si, por ejemplo, nuestro Rey coge un hacha para liarse a hachazos con Mariano Rajoy (es más probable que lo hiciera con Llamazares), la culpa sería del fabricante del hacha. Menos mal que no le ha dado por ser un asesino en serie ¿os imagináis?

Teniendo en cuenta que Juan Carlos I nació en Roma, quizás sea eso lo que le deja al margen en el artículo 14, en lo de que los españoles son iguales ante la ley; pero, de eso y mucho más de todo lo que está saliendo a relucir, queda bastante claro que nuestra Constitución no es que sea la mejor, es que, al ser la única, nos la tenemos que comer con patatas.

¿Seguimos viviendo en la Edad Media o pretendemos estar en el Siglo XXI para que el nuevo Führer, Angela Merkel, nos siga dando por culo a todos los españoles menos al inviolable vs sodomizable, Rey por aquello de que lo dice la Constitución?

Anteponer la monarquía, una institución feudal, obsoleta y deleznable, por aquello de encontrarse en peligro de extinción, a toda la clamorosa indignación de un pueblo que está sufriendo y soportando a una clase política, auténticos herederos del concepto de cortesanos, correveidiles de esa monarquía irresponsable y no sujeta a sodomización (lo dice la Constitución), sería simplemente patético de no ser por todos los dramas y tragedias que está provocando.

Me quedo con la miniserie The Big Bang Monarchy de El Intermedio. Esta me hace reír; la otra, me hace llorar de rabia y vergüenza. Y mañana es 14 de abril, día en que se proclamó la Segunda República en 1931 en España. ¡Qué bonito regalo sería una abdicación!