Continuando en
la ciudad roja de
Marrakech, una visita obligada fuera de la
Medina es el
Jardín Majorelle. Se trata de un jardín botánico diseñado por el artista expatriado francés Jacques Majorelle en 1924. Tras un período de abandono tras la vuelta del artista a París, en 1980
Yves Saint-Laurent y su amigo
Pierre Bergé fundan la
Association pour la Sauvegarde et le Rayonnement du Jardin Majorelle y readquieren el chalet taller y el jardín para su restauración.
Tras la entrada, un frondoso bosquecillo de bambúes nos transporta a un remanso de paz y tranquilidad que contrasta con la bulliciosa vida de la ciudad.
Las colecciones de plantas crasas y cactáceas es extraordinaria en este jardín.
Así como los estanques de agua donde abundan los nenúfares y otras plantas acuáticas.
Se trata de una visita muy recomendable dentro de la impresionante oferta turística de
Marrakech.
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