martes, enero 12, 2010

La Ciudad Roja

La escapada, el primer destino del año que acabamos de empezar, ha sido nuevamente África, a la hermosa ciudad marroquí de Marrakech, la Ciudad Roja o Tierra de Dios en su probable etimología bereber.
La Medina de Marrakech (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, 1985) es un auténtico laberinto de calles y callejuelas estrechas convertidas en un hervidero de gente en donde hay que tener verdadero cuidado para no ser atropellado por una moto, una bici o un burro.



Si bien es la Plaza de Jamaa el Fna el lugar más emblemático de Marrakech y en torno a la cual gira toda la vida de la ciudad, hay otras muchas bellezas que admirar y contemplar. Desde la madrasa Ben Youssef...



y el Museo de Marrakech,



la Mezquita de la Kasba,



o la de la Kutubia, que fue el modelo de referencia para la Giralda de Sevilla,



así como el Palacio de la Bahía.



La puerta de Bab Aguenau se muestra majestuosa para acceder a la Medina desde el sur.



Han sido dos intensos días que han servido, entre otras cosas, para que nuestras dos hijas hayan reflexionado sobre el estilo de vida que llevamos en el llamado mundo occidental.
Para finalizar, cuatro horas de espera en el Aeropuerto de Marrakech esperando el permiso desde Madrid debido a las inclemencias del tiempo en la capital de España. Pero ha valido la pena y ha resultado una experiencia interesante.

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