Reconvertido, en parte, en una Escuela de Hostelería, me llamó la atención el estado de abandono de la fortificación del castillo en el que dejé un año de mi vida y buen número de Historias de la Puta Mili. Aunque no consiguieron convertirme en una máquina de matar.
En cambio, Andorra, Andorra la Vella, la encontré prácticamente igual: una populosa ciudad comercial que contrasta con la belleza de los paisajes del principado cuando se sale de los núcleos urbanos.
A mi mujer le decepcionó Andorra pero todo fue por la chincheta en su mapa de países visitados.
Camino de Viella obligada parada en Sort para comprar lotería de Navidad en la Administración Número 1: La bruixa d'Or.
Entre espectaculares paisajes y el Puerto de la Bonaigua que en invierno debe ser criminal, llegamos a Viella y al Valle de Arán, donde nuestra treintena de mariquitas fueron obsequiadas con jugosos y apetitosos pulgones con denominación de origen de esta zona del Pirineo de Lérida.
Continuará
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