domingo, enero 31, 2010

El helicóptero que aterrizó en casa

Hace unos años presumíamos de nuestro Sky Ranger que nos habían traído los Reyes.



No se encuentra operativo a diario debido al enorme consumo de pilas del aparatito. Lo que queríamos contar es que, el otro día, volviendo a casa, nos encontramos un helicóptero, de los de verdad, delante mismo de nuestra casa. Se trataba de un helicóptero del Servicio de Emergencias de la Comunidad de Madrid.



No es muy habitual encontrarse un helicóptero a la puerta de tu casa. Pero es menos habitual aún encontrarse, además, con dos unidades de la Guardia Civil, un coche de la Policía Local, una dotación de Bomberos y una UVI móvil. ¡Y encima sin luz!
Supongo que ya os figuraréis lo sucedido: un jardinero podando con una pértiga las ramas de los árboles, cortó un cable de alta tensión en la zona en la que vivimos. Afortunadamente lo pudo contar ya que consiguieron estabilizarle y, de hecho, se lo llevaron en la UVI móvil y no en el helicóptero.



Me he enterado después que en este tipo de trabajos (poda de altura) se deben utilizan pértigas de madera, más pesadas que las de aluminio, pero más seguras en caso de cortar equivocadamente un cable de la luz. Afortunadamente los servicios de emergencia funcionaron de forma adecuada. Pero siempre será preferible prevenir que curar, entre otras cosas, porque a lo mejor no siempre disponemos de los medios apropiados. A modo de ejemplo, ayer, realizando tareas de jardinería (reparar una valla recientemente maltratada por los fuerte vientos que hemos tenido), me clavé un trozo de alambre en un dedo (por no usar guantes). En casa del herrero cuchillo de palo; no había gasas, no había vendas ni esparadrapo. Improvisación por un tubo; véase el vendaje funcional para la ocasión confeccionado con papel higiénico y una goma.

lunes, enero 25, 2010

Harira paso a paso

Volvimos de Marrakech con la idea fija de probarnos en materia gastronómica y hacer un día harira, un tipo de sopa tradicional de Marruecos que tanto nos gustó. Conseguir la receta no fue difícil, la encontramos en el foro de Musulmanas.org.



En la foto superior todos los ingredientes empleados:
-1/2 taza de lentejas
-1 taza de garbanzos
-carne de ternera cortada en trocitos
-1 cebolla picada
-1 taza de tomates pelados triturados
-1/2 taza de apio en rama cortado muy fino
-1 cucharadita de jengibre molido
-una pizca de azafrán (no se aprecia en la foto debido al diminuto tamaño)
-1 cucharadita pequeña de mantequilla
-sal
-1 cucharadita de pimienta
-agua
-1 taza de harina
-50 g. de tomate concentrado
-1/2 taza de fideos finos
-1 taza de perejil y cilantro picados



La noche anterior habíamos dejado en remojo los garbanzos y las lentejas. Se pone en la olla los garbanzos, las lentejas, la carne, la cebolla, el tomate, el apio, el jengibre, el azafrán, la mantequilla, sal, pimienta y se cubre con agua.



Según la receta hay que dejar cocer 35 minutos. Nosotros tuvimos que dejarlo cocer más tiempo porque los garbanzos seguían muy duros. Y he aquí un problema técnico, los tiempos de cocción no son similares para la lenteja y los garbanzos, hay que optar porque los garbanzos queden duros o las lentejas se deshagan. Una opción a explorar para otra ocasión puede ser el empleo de las legumbres ya cocidas y añadirlas al final de esta cocción.

Una vez realizado el punto anterior, se diluye la harina con agua batiendo de forma continua para evitar que se formen grumos. Se añade el tomate concentrado y la harina al guiso junto con los fideos y el perejil mezclado con el cilantro, dejando cocer diez minutos a fuego suave y removiendo.





Para un posible fracaso teníamos preparado un as en la manga.



Pero no hizo falta recurrir a la harira ya preparada porque la nuestra nos salió riquísima, motivo por el que queremos dar las gracias a Karima, autora de la receta empleada aquí y tomada prestada de Musulmanas.org.

domingo, enero 17, 2010

El jardín Majorelle

Continuando en la ciudad roja de Marrakech, una visita obligada fuera de la Medina es el Jardín Majorelle. Se trata de un jardín botánico diseñado por el artista expatriado francés Jacques Majorelle en 1924. Tras un período de abandono tras la vuelta del artista a París, en 1980 Yves Saint-Laurent y su amigo Pierre Bergé fundan la Association pour la Sauvegarde et le Rayonnement du Jardin Majorelle y readquieren el chalet taller y el jardín para su restauración.



Tras la entrada, un frondoso bosquecillo de bambúes nos transporta a un remanso de paz y tranquilidad que contrasta con la bulliciosa vida de la ciudad.





Las colecciones de plantas crasas y cactáceas es extraordinaria en este jardín.





Así como los estanques de agua donde abundan los nenúfares y otras plantas acuáticas.







Se trata de una visita muy recomendable dentro de la impresionante oferta turística de Marrakech.

martes, enero 12, 2010

La Ciudad Roja

La escapada, el primer destino del año que acabamos de empezar, ha sido nuevamente África, a la hermosa ciudad marroquí de Marrakech, la Ciudad Roja o Tierra de Dios en su probable etimología bereber.
La Medina de Marrakech (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, 1985) es un auténtico laberinto de calles y callejuelas estrechas convertidas en un hervidero de gente en donde hay que tener verdadero cuidado para no ser atropellado por una moto, una bici o un burro.



Si bien es la Plaza de Jamaa el Fna el lugar más emblemático de Marrakech y en torno a la cual gira toda la vida de la ciudad, hay otras muchas bellezas que admirar y contemplar. Desde la madrasa Ben Youssef...



y el Museo de Marrakech,



la Mezquita de la Kasba,



o la de la Kutubia, que fue el modelo de referencia para la Giralda de Sevilla,



así como el Palacio de la Bahía.



La puerta de Bab Aguenau se muestra majestuosa para acceder a la Medina desde el sur.



Han sido dos intensos días que han servido, entre otras cosas, para que nuestras dos hijas hayan reflexionado sobre el estilo de vida que llevamos en el llamado mundo occidental.
Para finalizar, cuatro horas de espera en el Aeropuerto de Marrakech esperando el permiso desde Madrid debido a las inclemencias del tiempo en la capital de España. Pero ha valido la pena y ha resultado una experiencia interesante.