En una reciente publicación en la prestigiosa revista Presse Medical (Presse Med. 2015 Jun;44(6 Pt 1):e203-10. doi: 10.1016/j.lpm.2015.01.006. Epub 2015 May 11): Tintin's travel traumas: Health issues affecting the intrepid globetrotter (Caumes E, Epelboin L, Leturcq F, Kozarsky P, Clarke P.), los autores analizan el espectro de problemas de salud que Tintín sufrió a lo largo de sus 23 aventuras, así como las causas, consecuencias y relación con los viajes. De un total de 244 percances en materia de salud, 191 casos fueron traumatismos de los cuales la forma más común de trauma fue la conmoción cerebral (62%). En general, encontraron 46 pérdidas de conciencia de las cuales 29 fueron de origen traumático y 17 no traumáticas.
(Viñeta de El secreto del Unicornio)
Se trata de un trabajo muy parecido al que nos hacíamos eco en este mismo blog sobre el artículo de Marcel Kamp, Philipp Slotty, Sevgi Sarikaya-Seiwert, Hans-Jakob Steiger y Daniel Hänggi Traumatic brain injuries in illustrated literature: experience from a series of over 700 head injuries in the Asterix comic books (Acta Neurochir (2011) 153:1351–1355).
Amén de que siempre resulte agradable e interesante un poco de evasión en el árido y monótono mundo de la ciencia férreamente sometida al riguroso método científico, lo cierto es que la lectura de ambos artículos nos lleva a una pregunta razonable. ¿Por qué no pasan los años por los personajes de ficción? En el caso de Asterix y Obelix, la explicación podría estar en la famosa poción mágica que les hace invencibles frente a los romanos (y, probablemente, al paso del tiempo), aunque es bien cierto que hemos visto a los invencibles galos de pequeñitos en Asterix y lo nunca visto y en el no oficial Cómo Obelix se cayó en la marmita del druida cuando era pequeño.
Pero lo de Tintín es más difícil de explicar. Buscando, buscando... hemos acabado por dar con la respuesta. El artículo publicado en Canadian Medical Association Journal (CMAJ. 2004 Dec 7;171(12):1433-4.), Acquired growth hormone deficiency and hypogonadotropic hypogonadism in a subject with repeated head trauma, or Tintin goes to the neurologist, (Cyr A, Cyr LO, Cyr C), resulta interesante por dos motivos, porque arroja luz a la pregunta que titula este post, y por tratarse del artículo científico, hasta donde yo sé, en el que uno de sus firmantes es el autor más joven del que tengo conocimiento: 5 años en el momento de la publicación, Antoine Cyr.
(Viñeta de Tintín en América)
En dicho trabajo, los autores lazan una interesante hipótesis que explicaría el porqué no pasa el tiempo por este afamado personaje mundial. Tintín sufriría de una deficiencia de la hormona del crecimiento y un hipogonadismo hipogonadotrópico como consecuencia de los repetidos traumatismos craneoencefálicos en los que se ve envuelto durante sus aventuras. Está bien demostrado que la deficiencia de hormona gonadotrópica puede ser una consecuencia típica del daño cerebral postraumático, algo que puede demostrarse con resonancia magnética y que, lamentablemente no se ha realizado en el personaje de Tintín, como bien nos recuerda M. Castillo, editor en jefe del American Journal of Neuroradiology en su Tintin and Colleagues Go to the Doctor (AJNR 2011 32: 1975-1976).
En el trabajo de Cyr et al., los autores analizan además la gravedad de los traumatismos según el número de objetos sobre su cabeza durante el impacto (típicamente estrellas) y el tiempo de pérdida de la conciencia expresado en número de viñetas hasta volver a recobrarla. En el siguiente ejemplo se aprecia muy bien.
(Viñeta de Tintín en el Congo)
En el caso expuesto aquí, la gravedad del traumatismo sería de 11 estrellas y la pérdida de conciencia sería de 6 viñetas. Del total de episodios de pérdida de conciencia a lo largo de sus 23 aventuras (descontando el último álbum póstumo de Hergé), los autores encuentran que el promedio de "tiempo" de pérdida de conciencia es de 7,5 viñetas y 7,5 objetos (estrellas, la mayoría de las veces), no encontrando significación estadística entre ambos elementos.
Los autores de este interesantísimo trabajo concluyen que los repetidos traumatismos craneoencefálicos a los que ha sido sometido Tintín a lo largo de toda su existencia serían la causa del déficit de hormona de crecimiento responsable de que el personaje no crezca, y del hipogonadismo hipogonadotrópico causante de la ausencia del desarrollo sexual que cabría esperar del adolescente que es Tintín.
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